LES ÉLUS
Es gracioso como terminan las cosas,
pensar que un día llegaron a tener tanto poder pero nadie sabe la realidad de como sucedió todo; todos creen que detrás
esto estaban los españoles pero no es así...esta historia se remonta en mi país
de origen Francia, cuando la revolución francesa culmino y tomo el poder
Napoleón Bonaparte quien con su sed de poder y conquista decidió crear una
elite secreta de asesinos llamada ‘’Les
Élus’’ (los elegidos) en la cual estaba yo Jacques Dómine, él nos utilizaba
para eliminar las ‘’amenazas’’ que ponían en peligro su imperio. Un día llego a
nuestros oídos la noticia de que Napoleón estaba a punto de invadir España, supe
en ese que debía viajar a ese lugar a realizar
mi trabajo con Les Élus.
Tres días después de la noticia no
preparamos para ir rumbo a España. Los que fuimos a las misión solo éramos
cinco los cuales teníamos como objetivo principal asesinar los más sigilosamente posible a los comandantes de las distintas
tropas españolas con el fin de desarticularlas y dejar un vacío en el poder,
esto causaría vulnerabilidad de las tropas enemigas donde el ejército francés
aprovecharía esta debilidad para así acabar con el imperio español el cual
estaba viviendo una crisis. Procedimos a cumplir nuestras diferentes misiones y
por consiguiente Napoleón logro su objetivo, capturo al rey
Fernando VII y subió al poder a su hermano José Bonaparte así dejando a
España en aprietos. Napoleón era un tipo inteligente el sabia las grandes
riquezas que tenían las tierras de América, las cuales en su mayoría pertenecían al debilitado
imperio español, entonces decidió apoderarse de estas y quiso empezar por la
Nueva Granda.
Zarpamos una semana después del ataque
hacia esta desconocida tierra donde arribamos en la ciudad de Santa Marta pero
nuestro destino principal era llegar a la provincia de Santa Fe en donde se
encontraba el virrey y allí perpetrar nuestro plan de conquista; este plan
consistía en crear discordia entre el pueblo criollo y el imperio español para
que estos se encargaran de sacar a los españoles y así el glorioso imperio
francés entrara a dominar esta tierra pero para lograr esta discordia teníamos
que infiltrarnos entre los criollos e incitarlos a una revuelta.
Me puse en tarea de buscar a las
personas más influyentes de esta provincia que estuvieran en contra del reino
español. Después de hacer varias investigaciones di con el señor Joaquín
Camacho quien era un periodista, abogado y profesor y una de las personas más
importantes de Santa Fe; me hice su amigo y posteriormente gane su confianza.
Un día caminábamos por las calles de Santa Fe y me comento sobre un plan que
tenían los españoles de detener a los criollos destacados que tenían
iniciativas de independencia, esta fue mi oportunidad para planear la
revolución contra España; decidí decirle a Joaquín Camacho que reuniera a los
demás caballeros que tenían su mismo ideal para así crear un plan contra el virrey.
Nos reunimos en el observatorio astronómico de Bogotá, que en ese entonces era
la oficina principal de Francisco de José Caldas.
Esa noche en aquella reunión les
propuse el plan, el cual consistía en que el primer ataque tendría que venir de
los españoles para que sus seguidores no los apoyaran y la gente se levantara
en un grito de revolución. Entonces le pedí a Joaquín que visitara la casa del
virrey para pedirle el permiso de la realización de una junta, yo sabía que el
virrey se iba a oponer lo cual
usaríamos como conveniencia para mostrar que los españoles no estaban de
acuerdo con una independencia del pueblo americano. Mientras tanto, Luis de
Rubio y Antonio Morales irían a la casa de José González Llorente con la excusa
de pedirle en préstamo de un jarrón de flores, algo que, conociendo la
reputación de Llorente, sabíamos que él se negaría, provocando con ello el
levantamiento popular.
Era el 20 de Julio todo transcurría
con normalidad como en cualquier día de mercado; Joaquín se disponía a realizar
lo acordado como era previsto fue a la tienda de José Llorente a pedirle el
jarrón para la decorar la mesa de los Comisarios regios Antonio
Villavicencio y Carlos Montúfar los cuales venían de
Quito; como se habló en la reunión Llorente se negó rotundamente a prestar el
florero y es aquí cuando armamos una tremenda gresca, en medio del fervor
Francisco José De Caldas llamo a un cabildo abierto el cual ánimo la sed de
revolución que tenía el pueblo por
consiguiente dio paso a la huida del virrey y al grito de independencia del
pueblo americano.
Han pasado nueve años
de lo sucedido en aquella plaza de mercado, hoy me encuentro acá en este puente
lleno de campesinos dispuestos a dar su vida por un poco de libertad y por
zafarse del yugo español.es una contienda dispareja pero ¡YO! que ahora soy
conocido como el libertador llegaremos a la victoria.
Verónica Ortiz Fernández.
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